domingo, 26 de julio de 2009


























Alimentar el deseo, prescindir de la necesidad de estar juntos hasta que sea el momento. Dejar que la distancia se engañe a sí misma creyendo que puede con nosotros y engañar al mundo y a todos.


Es que debemos recorrer largos caminos hasta ese momento, nuestra unión no tendría sentido hoy, en situaciones macabras.


No.


Ambos sabemos que vamos a terminar en un punto único. Prolongar el letargo implica darnos la sabiduría para consumirnos en remolinos cálidos y renacer en noches.Estamos unidos por algo más fuerte que nosotros, algo que no queremos romper. Somos las almas encontradas y creadoras de la confianza misma. Somos el secreto mejor guardado y el amor estacionado a la temperatura correcta para una degustación extática.Deleitarse a través de los ojos y con nuestros sonidos, que el gusto y el tacto serán los últimos recursos, la consumación de toda esta espera.

Sabernos nuestros sin palabras ni cadenas.
Ese beso va a ser el sosiego de todos los cataclismos emocionales.



Hasta entonces, mi amor...

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